martes, junio 29, 2004

Autobús

Sólo basta viajar en autobús
para adentrarse en nuestros comunes pensamientos.
Viajamos en el tiempo y el espacio
por la bordeada línea del placer
que provoca inventar situaciones.
Somos grandes novelista de "si hubieras"
con miradas perdidas.
Salimos de nuestro cuerpo
le damos alas a nuestra evocación,
aislados en un autobús muchos mundos
se separan.

No sé cuántas cosas están pasando en el instante
en que cierro mis ojos, no lo sé
y el imaginario tan sólo es una pequeña parte
de esta realidad
que manda cuerpos dormidos y ausentes
a viajar.
Si viajas en autobús
quizá
puedas soñar.

© Alma Jiménez

Mujer sol

Eres la mujer sol que lo da todo por sus hijos.
Trabajas con la tierra, la acaricias
con palabras y rompres su silencio,
lo olvidas entre los dedos.

Mujer sol, madre y hermana
del agua adivinas los secretos
del sonido del viento sueños ajenos
aprendes, de los hombres el placer
del cielo.

Son del pueblo tus palabras
los sabores, deleite de los golosos
y el oleaje de tus caderas
el mareo de tantos y tantos.

Mujer resplandeciente de sol
respirar de tiempo
inventas en tu mente
un futuro mejor para nosotros
trabajas,
como pocos
para alcanzar el cielo.

© Alma Jiménez

Se hizo de noche

Se hizo de noche
la sombra de mi pluma
espanta el silencio
en esta página.

Se hizo de noche
los perros de la calle ladran
están asustados
alguien les quitó su libertad
a cambio de algunos huesos.

se hizo de noche
el tiempo pasa y yo
sigo sin dormir.

© Alma Jiménez

Vivo para:

Sorprenderme a diario de mí misma y de las demás cosas y personas que me rodean.

Descubrir mi mirada en el espejo.

Soñar que soy otra. Inventar mi propia historia.

Pensar en el futuro pero no para vivir en el presente.

Llorar (aunque aquí esté prohibido), por los dolores y las alegrías.

Reír. De mis locuras de niña, gozar.

Envidiar la vida de los demás.

Escribir tonterías que salen de mis sentimientos.

Aprender de mis fracasos o vivirlos quinientas veces.

Aferrarme a la vida.

Morir algún día.

© Alma Jiménez

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú?
Verdaderamente
¿Quién eres tú?
Soledad ruidosa
rompiendo el sendero del atardecer.
El ruido del pie
el acelerador
el deseo de salir
escapar gritando.
Alma miedosa
lágrimas estancadas
en la voz.

©Alma Jiménez

Retrato

Soy el bufón de mi propio destino
trazo mi rutina cómica
en poemas viejos.

Soy camarero de mi apetito
escojo al azar
el presente de mi futuro.

Soy espíritu de mi propia vida
aprendiz de mi muerte.

Soy pájaro de mis deseos.

©Alma Jiménez

Miércoles de batalla

He despertado vacía
enredada en mis sábanas
pienso en el pasado
lloro
la diferencia radica en la mente
lloro
por las cosas que no fueron
por las que nunca serán
mis dedos tocan una melodía entre mis piernas
para acompañar la soledad
es que lo que yo quiero
me es lejano, todavía,
me niego a pensar que fui derrotada
antes de comenzar la batalla
pero ¿qué hay qué hacer?
así pasa día a día
las guerras ahora
se quedan
en puras amenazas.

©Alma Jiménez


Foto: Manuel Álvarez Bravo

Un verso

Un verso cualquiera aguarda
la voz que ha de nombrarlo,
desatarán la más clara
esencia guardada en él.
Perfumarán las palabras
los respiros solitarios,
confundirán tristemente
sonidos tirados al mar
con mi imagen desierta
(la imagen de una muerta).
Vivo sólo de palabras
me encuentro en algunos versos
me desnudo y me dejo ver
segura, nadie me logra
tocar. Aguardo también con
impaciencia.

Hoy, un verso
sus penas contando muere.


©Alma Jiménez

Introducción

Yo ya estoy harta de hablar de mi tristeza
cantos, ruidos de desesperanza
que golpetean en la lluvia.
Los charcos me hablan de mi soledad.
Esperando
las llantas de un automóvil
pronto el charco reventará.
Voy a hablar de la paloma
y de la lagartija sin cola.
Ya estoy cansada, harta
de mirar
solamente
hacia mí.

©Alma Jiménez

Revelación al sol

Han sido tantas las lluvias
que los escritores dibujan en sus versos.
Tantas las lunas que acompañan
a los solitarios en sus miedos.
Raros los caminos que me han traído
hoy hasta aquí:
tirada panza arriba
el sol me mira, mira.

Han sido muchos los sueños
que he dejado colgados al sol,
tendidos en la azotea,
esperando, sólo esperando.

Han sido y serán,
ay mira, qué nos dirán
de los instantes
y de la insignificancia
que nos acompaña.

©Alma Jiménez