martes, diciembre 28, 2004

Regalo de Navidad

Me gusta cuando me lees
porque estoy como presente...

Sí me escuchas, aunque bajito hablo;
te agradezco por tu presencia y por siempre
latir dentro de este llanto contenido y
dejarte tocar por mis palabras.

Gracias flaco mix

Pies cruzados

Mantengo algo dentro de mí, arraigado,
siempre tengo los pies cruzados.
Cuando leo boca abajo en mi cama,
cuando me siento a escribir o a comer
ellos están cruzados.

Se dice que son energías reprimidas,
no lo sé, quizá cuando los noto
pienso en eso y repaso mis bloqueos
y represiones también.

Ahora, al escribir esto
mis pies están cruzados.
Crucificados sean
Si siguen apartando de mí
la libertad. Te recuerdo Frida:

Pies pa’ qué los quiero si tengo alas para volar

lunes, diciembre 20, 2004

¿Encontraría a la Maga?

Hace no sé cuanto que comenzó la búsqueda,
sobre los puentes que trazan sombras móviles
en los ríos,
sobre los pasos que uno cree escuchar
tras de sí o junto a los retratros
de mujeres desconocidas, abandonadas,
en algún salón de museo.

Años, meses o días, no sé,
pero el tiempo corre
como ese bichito que camina
haciendo un tic tac perpetuo.
Corre como las erres del ferrocarril
por el lado de aquí
y el de allá.

Encontrarla es encontrarse a sí mismo
quizá por eso viaja con los ojos cerrados,
estirando las manos para tocar vacíos y silencio.

Ella escribe cartas frente a un espejo,
las escribe sin palabras
mientras escucha las patitas del tic, tac
- pequeño escarabajo -.

Él se desespera, jamás podrá estar
tan cerca de su libertad
como ahora, sigue buscando;
tiene miedo
de no encontrarla jamás.

Este no es un poema

Dentro de mí hay algo
que va creciendo
poco a poco.

También dentro de mí
hay miedo de este nuevo ciclo,
pero también hay amor
y esperanza.

Solamente le pido a Dios
que te bendiga, que me dé
la fuerza necesaria
para seguir con esto.

Soy una mujer, doy gracias
por tenerte y espero
de todo corazón
poder sacarte adelante
por lo que me sobra de vida
y para crearte a ti
una nueva vida.
Te espero ansiosamente
con miedo o sin él
pero ven.





sábado, noviembre 27, 2004

Él sufre en algún lado

Al bajar las escaleras,
al leer la última página de una novela,
al escuchar la música que sale de las calles por donde camina
y al poner un pie frente al otro;
él sufre.

El otro día lo vi caminando frente a Bellas Artes,
yo esperaba a un amigo y él pasó de repente,
dejando tristeza en su camino.
Sufría tanto que hasta la fuente lloró
acompañándolo.
El cilindrero no paró de tocar y con el gorro en mano
le pidió una moneda. No le importó, él siguió sufriendo.

No quiero preguntar,
nunca me ha dicho de dónde nace esa melancolía,
quizá brota del mismo lugar que me viene a mí
y ya no es la soledad, es que los demás no entienden
que son cosas más profundas.
Tan profundas que uno no se las puede quitar
como lo hacemos con nuestros valores y principios,
tan profundas que no nos queda mas que traerlas en la piel.

Él sufre
y yo sufro con él.
Pero además, nos reímos de este sentimiento
nos besamos
nos queremos
y sufrimos juntos
con nuestros pies
con nuestras manos y
uniendo nuestros sufrimientos
caminamos.

Él sufre en algún lado
y desde aquí, lo siento
porque yo
sufro también.



miércoles, noviembre 10, 2004

Tuyo soy

Nadie puede compartir
el temblor de la carne
cuando el tiempo camina
y se aleja al pie de tu cintura.

En noches como demonios y
delicados sueños
un ejército de pensamientos
busca el perfecto lugar
para levantar un campamento
en tu cuerpo
deshecho
sobre la mata
de miedo que se me desliza
entre las sábanas.

Te concedo todas las cosas,
la sabiduría que poseo de estas
simples cosas, mis riesgos,
mis silencios y este lamento
que a contratiempo desea ser
tiempo que se mete a tu recuerdo
a través de los párpados
en donde te pongo un beso.

No existe salida
para alejarme de este desamparo
en que violentamente he quedado.

Toma entre tus uñas mi mejilla
y marca mis cosas que soy tuyas
y con la punta de tu lengua
limpia la roja gota de miedo

límpiame, enciérrame, tómame

márcame
aléjame
levántame
mátame

des
liza
me
pero nunca me compartas
ni con mi propia soledad

pues tuyo soy.

martes, noviembre 09, 2004

La palabra
es la expresión
de mi
pensamiento.

Me he ido

Me he ido
nadie pida explicaciones
sobre mi partida
escojo la agonía
antes de entregar un minuto de mis sueños
los niños mueren fácil
no se acostumbran a vivir
hay agujas envenenadas
sobre el aire
besos de escorpión
ríanse todos los cadáveres del mundo
esta noche
quiero sentir la carcajada de las bocas sin lengua
aspirar las esencias
de dos sexos deshechos
sin sexos donde
introducirse
sin sexos donde
ser penetrados
ya no hay tiempo
para mí
siempre es tarde
para vivirse
tejo y destejo sobre mi piel tu ausencia
las manos dormidas de mil mujeres descansan
entre piernas
víctimas del sueño
magas ninfómanas
doradas vaginas
detengan a la mujer que ignora el tiempo
es demasiado tarde para la tristeza
es demasiado tarde para cualquier sentimiento
el péndulo dio la una
cerré los ojos y soñé soledad
la sangre de deseo envenenada
espero la lluvia
hay sueños que duran toda una vida
perros negros
esqueletos con la piel pegada
buscan mis labios sin un beso
quiero saborear la saliva de un muerto
ha sonado la una
me he ido
nadie pida explicaciones
sobre mi partida.

miércoles, octubre 20, 2004

Instantáneas

I

Siguió el camino de luz, los perfumes y los rezos. Vio a su hijo: su viva imagen. Se reflejó en sus ojos iluminados por las veladoras y sólo encontró un recuerdo borroso. El niño precipitado esparcía pétalos de flores sobre la tumba. Quería llegar temprano a casa para prender la televisión.


II

Dejó el tejido a un lado y se levantó al escuchar la segunda llamada para la misa de los Santos Difuntos. Cerró la ventana y entró en el cuarto de su madre enferma. Dormía. La despertó, le dio sus pastillas y le puso una almohada bajo la cabeza. Regresó a su tejido. Escuchó las campanas de la tercera llamada y soltó a llorar. Hoy, como todos los otros años, ella tampoco tenía muerto que celebrar.


III

Despertó con la voz de su padre: Ya pasó.

Eran las cinco de la madrugada y su cuerpo tembló al salir de las cobijas. Bajó las escaleras y la vio dormida. Se acercó mirando su pecho, ya no subía ni bajaba, también estaba dormido. Sus hermanos bajaron y se acercaron. Sin decir palabras los tres comenzaron a tocar su cuerpo aún tibio y con sus lágrimas ardiendo intentaron mantenerlo caliente. Salió el sol. Sus ojos se secaban y el cuerpo cada vez se enfriaba más.

Ella ya no estaría con sus hijos para Navidad.


IV

Se había comprado un disfraz de calavera en el centro comercial, unitalla. Al probárselo le quedó pequeño y arrancó a llorar. Esa era su noche; esperaba ganar el premio de disfraces. Lo pensó durante un largo rato y al final tuvo la solución. Fue a la cocina, tomó un cuchillo y se cortó la cabeza. Hasta que escurrió bastante sangre, se puso una capa y con la cabeza en la mano se fue a bailar. Nada le impediría que ésa fuera su noche.


V

No sabía hacer calaveritas y la maestra dijo claramente: Para mañana, quiero una calaverita de 10 renglones… ¡Mínimo!

Llegó a su casa, durante la comida no probó bocado intentando tomar una decisión. No pensaba reprobar por otra falta de tarea, valía la pena el sacrificio. Subió a su cuarto, abrió el closet y sacó al duendecito que guardaba en el rincón. Lo midió con una hoja de su cuaderno. ¡20 renglones! Le dio el beso de Judas y lo mató. No durmió, pero cuidadosamente le quitó la carne y quedaron solamente los huesitos. Mañana él tendría la mejor calificación del salón.


VI

Y cuando despertó, vio todo oscuro. Oyó un golpe seco encima de él. Gritó pero ya nadie lo oía.

Estaba dentro de un ataúd.


VII

Se sentía muy vieja. Había pasado los años trabajando y alimentando a sus hijos. Se quería ir a su pueblo, en la ciudad tanto ruido de carro y aviones no le dejan pegar un ojo. Llevaba un mes sin poder dormir. Al final su familia le hizo caso, juntó dinero y le pagó el pasaje. Ella llegó a su casa y abrió las rechinantes puertas. Sacudió el polvo de la cama y un viento frío, fresco, entró a la habitación. Estaba cansada, cogió un ramo de flores blancas y se fue a dormir.

Era feliz, después de tanto tiempo descansó en paz.

VIII

Se mudaban de casa. El niño se llevó una flor y regaba pétalos y pétalos con su manita que se asomaba por la ventanilla: esa noche su abuelita tendría que encontrarlos en el nuevo domicilio.

Atrás iba un barrendero, preguntándose quién tendría la paciencia de despedazar a una flor pétalo por pétalo.

IX

Quisiera matarte todas las noches que el insomnio me habita y cubre las paredes de mi cuarto con tus palabras. Quisiera verte dormir y con un toque mágico retirarte el aliento, pero no, no te lo mereces. El dolor que me causaste es tan grande que mereces esta vida para pagar todo lo malo que has hecho.

Te odio.

Esta noche tampoco puedo dejar de adorarte.

Sigo muriendo por ti.

X

Y los muertos se juntaron y bailaron hasta el amanecer. Los perros despertaron con tanto alboroto y se tallaron los ojos para ver si no seguían soñando. Nunca vieron tantos huesos, esperándolos y en movimiento.

Esa noche, los perros durmieron con la barriga llena y el corazón contento.


Alma Jiménez


domingo, octubre 03, 2004

No me busques

No me busques si no puedes
aguantarme la mirada
no

No me llames aunque esté pensando
todo el día en lo que no fue
no
no voy a estar ahí para escucharte
y hasta he de poner música a todo volumen
para volverme sorda y no embrujarme con tu voz

No me busques hasta que estés dispuesto
a sentarte frente a mí
sin alcohol
sin tus quejas de siempre
y contarme
con lágrimas vivas
todo lo que quieres
y lo que no quieres
en esta vida

Y lo sé

aunque quisiera equivocarme
sé que nunca
volverás
por mí

por eso

no me busques
porque tengo miedo de no saber
qué hacer
con estos sentimientos.

sábado, septiembre 18, 2004

ella

ella oye
cómo ríen desde la sala
esos
que dijeron ser sus amigos
y se acurruca
en las sábanas rosas
floreadas
en la oscuridad
de un cuarto ajeno

extraña su cama
mas no a su tristeza

ella
no soporta que todos los halagos
sean para todas las mujeres
menos para ella

se pregunta cuál es su error
qué ha hecho de malo
para que los mejores perdedores
estén a su lado

ella escucha y escucha
y quiere escapar
se levanta
se pone sus tacones
baja las escaleras torpemente
se va

después de una cuadra mira detrás
para ver si él la sigue
nada

ella camina pensando
en que viene
el amanecer

para un taxi
y deja sus problemas atrás
sin saber que hoy
antes de intentar dormir
ellos volverán

Alma Jiménez



sábado, septiembre 11, 2004

Identidad

soy la hoja que levantas y arrullas
en la palma de tu mano
para regresar al viento
con el hálito suave que nace de tus labios


soy el fantasma de las mujeres
que mataste en el pensamiento,
la que enterraste cuando tus dedos
no alcanzaron a tocar su piel


soy tu historiadora personal,
la que inventa y mitifica esos huecos
que hay en tu vida, lanzo teorías
que poco a poco convierto en dogmas.


soy la imagen que proyectas en la oscuridad
mientras te desnudas y te quitas el delirio
para guardarlo bajo la cama
al lado de los calcetines que has ido olvidando


soy la que te forma y se deforma
adaptándose a tu gusto
cambiando a tu disgusto


soy la cazadora de secretos
la defensora de los sueños
la que se siente sola por las noches
la que se cansó de caminar sin compañía
la que alguna vez se sintió querida


pero antes de todo y por encima de lo que no soy
y lo que nunca seré:
soy la mujer que te quiere amar


y me esfuerzo, créeme


aunque hoy
no tengo ganas
de nada

Alma Jiménez



sábado, agosto 21, 2004

Anoche un caballo desbocado surcó mi sed.
Plasmando la huella brotó sangre por mares
en cada poro de mi piel.
Quemando palmo a palmo la sombra amada
en el techo de mi habitación,
caminando sobre mis senos,
buscando ánimo en mi ser.
Llamo e invoco a cada demonio que
rueda en mi cama y juega sobre mi piel.
Potra salvaje sobre caballo negro vive
dentro de mi sueño.
Las respiraciones trenzan puentes que me llevan
sobre pisos resbaladizos donde se borran los miedos y deseos.
Me miras sin querer, me miras.
Árboles oscuros y danzantes que vuelan
entre vapores corporales,
risas estridentes son cuchillos que hieren la carne débil.
Placer...
Mi ser esta abrumado
entre sudores y lamentos que ahuyentan a la soledad.
Mi sangre se funde con la tierra borrando las huellas en mi vientre.
Una cascada plácida baña su suave crin... terciopelo aciago.
Eres el amanecer que amenaza con su luz,
quebrantas los bailes y cantos del espíritu y del demonio.
Quiero seguir soñando y montada
sobre caballo desbocado morir
y renacer noche a noche en aromas de tierra.

Alma Jiménez

Harta

Fastidiada de los colores rojizos
espero
salir de este agujero.
Este amor amarga
sabiendo que no existen
las coladeras solitarias
que los niños de la calle no sufren
que las señoritas del Palacio no lucen
que los libros son sólo libros y
que ya estoy cansada
de observar del distorcionado mundo
el pedazo de realidad
que me ha tocado crear.
Todos se quejan, ay,
ay
se quejan los de las noticias
me quejo
los del transporte, caro está,
me quejo
los alumnos en sus bancas, no quiero trabajar,
me quejo
el conserje destapando el baño, ay,
me quejo
ya
ya
estoy
harta.
Mátate, tírate y revuélcate
piérdete entonces
pero hazlo
y déjame pensar por un momento
que después del rojo
está el verde
el azul de pintura enlatada
y el sol que no alumbra
mis ventanas.
Hoy es un día muy frío
me gustan los días fríos
me gustan los sonidos que
disimulan mis sentidos.
Aun tengo esperanzas, no sé dónde
pero las tengo guardadas
aunque me cueste viajar con ellas
las llevo y las saco
en donde sea.
Harta.
Me he soñado caminando desnuda
por colores rojos
amanezco llorando.
Me he soñado volando
entre golpes secos
amanezco llorando.
Me he soñado viajando en el camión
entre gente desconocida,
abro los ojos
y todo es rojo.
No es negra la melancolía
es roja y nada tiene de política.
Ya ni sé
cómo he
de decir
todo
lo
que quiero
decir.
Harta.
Estoy harta.


Harta.

miércoles, agosto 11, 2004

Te regalé flores

Te di mis flores
cargadas de recuerdos
entre mis manos abiertas
y mis sentimientos
no supieron qué hacer ese día
no se quisieron quedar solos
así, que entre mis flores
mis miedos
y mis recuerdos
te llevastes
también
mis sentimientos.

viernes, agosto 06, 2004

Escucho palabras llena de un terror verbal
de descubrir y presentarle a mi sombra
historias nuevas para inventar.
Una semilla entre mis manos
recibe el calor del sol
quizás con el tiempo
un árbol logre ser yo.
Subo las escaleras sin que nadie me obligue a hablar
sólo viajo en un tiempo llena de oscuridad.
Sigo escuchando palabras,
con más miedo que ansiedad
son ramas dentro de mis ojos
que no recogen sus hojas
para poder la luz encontrar.

Una rosa

No me dejes
dormir sola
esta noche,
lo confieso:
tengo miedo
de morirme
y secarme
como una
triste rosa
que nadie nunca
su aroma gozó.
Sé que no soy una mujer bella
el espejo me lo dijo,
los hombres que he conocido
o me presentarían jamás
...esta es mi novia...
Sí, yo soy esa rosa
que rompe el paisaje
con su tristeza.
Esa rosa que no tiene
un Principito viajero que la cargue
siempre en su mente, siempre ausente.
Esa rosa que es una rosa
es una rosa
una rosa
que de tan pobre que es
ni a espinas llegó.
La rosa que por orgullo
hasta el ruiseñor
ahuyentó.
Esa que en la penumbra
nunca poesía
pudo lograr.
Carne viva
esperanza
y maldad.
Una rosa,
llorona rosa,
eso soy
nada más.
Hoy, como todas las noches
cubriré mi sueño con un deseo:
No me dejes
dormir sola
esta noche:
tengo miedo.

Alma Jiménez

lunes, julio 26, 2004

Llanto

Sé que este no es un lugar para llorar
sin embargo
estoy llorando.
Es un capricho,
mi vida es una bola de caprichos
que nadie quiere cumplir,
a partir de eso viene mi tristeza.
No vale la pena
llorar
por estas cosas.
A veces me levanto optimista
y en unas horas la tristeza
me ahoga, me aprieta el pescuezo
y me tapa los ojos para que no pueda ver
luz, colores,
ni un poco de esperanza
o fe.
Cómo esperar que alguien me quiera
si me desprecio a mí misma
cómo esperar que alguien camine conmigo
si no soy capaz de caminar al lado de alguien.
Estoy sola
llorando
como niña en medio de un centro comercial.
esperando que sus padres le cumplan sus antojos.
No tengo padres, no tengo novio, no tengo hijos y nadie
puede consentir mis ataques de inmadurez y baja autoestima.
No vale la pena,
ahora sí
aquí
está prohibido llorar.

Pájaro azul

"There's a bluebird in my heart that
wants to get out
but I'm too tough for him..."


Charles Bukowski

no tengo un pájaro azul dentro de mi pecho pretendiendo escapar
cargo solo un sentimiento que toma la forma del agua
unas veces hielo, otras vapor
a menudo es sólo un río endeble que viaja zumbando en el horizonte
confundiendo su reflejo con el de las nubes cargadas de agua
que viajan
tapando su miedo
cielo tibio: acompaña mi camino
luna fugitiva: espera tras las ramas de un árbol
el momento en que mis sentimientos, salgan volando
convertidos en pájaros azules y
haciendo música en medio de esta
nostalgia de lo nunca vivido

Alma Jiménez

viernes, julio 23, 2004

Manual para hacerme el amor

destroza mi deseo
átame el miedo
penetra en mi piel
acaríciame
obedientemente
dame tus manos
para entretejer tus dedos
ahora
mátame el recuerdo
entra en mi ser
bésame
dulcemente.
sigue el ritmo de mi respiración
no pares
que en mi pecho quiero
una rosa dormida
que me atraviese el corazón
de tus dedos saldrán espasmos de luz
que danzaran en mi vientre iluminando
el espacio desierto
entre la cama
y un invierno imposible
de abarcarnos
es hora de lamerse el sueño
súbitamente
soy tuya
carne herida
destrozada
entre sábanas tibias
se filtrarán al intestino
las melancolías
y entre vibraciones de luz y tiempo
nos preparará una emboscada el destino
para que me regreses a la realidad
con un hipnótico beso
tibio
tibio
tibio
© Alma Jiménez

Crepúsculo

Si tan sólo logro callar
mi tristeza por este día
pensaré que soy más fuerte,
más sabia en esta vida.
Y si mis miedos me ven ser,
la terrible criatura que
una vez miedo tenía
y borrando palabras fue,
Detendré mis propios pasos
antes de caer herida.
Mi camino no puedo hallar
ni los sueños que dormían,
se fugaron de mi mente
yerma, amorosa, cautiva.
Tus palabras al perderte
se incrustaron tan dolientes.
Me habitan enmudecidas
y en mi piel causan heridas.
No puedo ahora tenerte
pasado soy: lo sabía.

© Alma Jiménez

Romance de la nube azul

En la orilla de la cuadra
se abre el espacio y el tiempo,
es tu día, mira arriba:
la luz, el color y el viento.
Dentro de tus ojos caben
secretos del cielo y siento
que al respirar mis temores
viajan, navegan al cielo.
¿Es tu imagen amor mío
de bella naturaleza,
misterio de mi locura
figura de mi tristeza?
Eres Dafne transformada,
tu epidermis es el cielo:
déjame ser hoy tu Apolo
para tocarte el cabello.
Déjame ser la música
que acompañe tu armonía,
más detente nube mía,
que por perseguirte morir
debo, serás laurel Dafne,
cicatrizando mis ojos
para no ver tu partida.
Te extrañaré, yo no miento,
mis lágrimas testigos son
nuestro amor duró un momento
y desde hoy; todas las tardes
Vendré a esperar que el viento
del norte me dé esperanza
para un nuevo comienzo.
© Alma Jiménez



Imagen: Filippo Tommaso Marinetti

miércoles, julio 07, 2004

Adiós

Soledad

abro la puerta
me encuentro con una leyenda
que nunca se escribió

se contó cuando el sol dormía
se contó con los ojos atentos
de los niños
atentos sobre las palabras

te fuiste contando historias
te fuiste y solamente dejaste
un espacio de luz

el cuarto está muy claro
desde mi cama puedo ver
todo el espacio vacío

lleno de luz
sólo de luz
triste
el aire toca mi espalda
y estoy triste sobre mi cama
escuchando el sonido de lunas y soles
de barro y pintura

es hora de cerrar la puerta
y de dejarte huir
por la ventana

© Alma Jiménez

Estoy en cama

me cubro con las sábanas

y escribo en la oscuridad.

viernes, julio 02, 2004

Tristeza

He dejado de expresar
mis sentimientos
para contar historias.

© Alma Jiménez

Su cuerpo

Su cuerpo de tierra y pueblo,
tan alto como pluma que descansa
inclinada en la mano del escritor.
Esa mirada,
enloquecida mirada,
me pierde, me lleva a otro mundo,
nadamos en el agua, me hace
reír, reír y sonreír.
Soy bella a su lado y su mirada
perdida me habla del placer que le doy.
Él me posee, mete y saca su sexo, acaricia
el pensamiento con sus pestañas
que abren y cierran sus más preciados
tesoros encerrados.
Soy tonta e ingenua a su lado
me divierto y disfruto,
lloro: como siempre
lloro,
me ha hecho tanto bien
estar con él.
Es bello, es bello, él es
irremediablemente
bello.

© Alma Jiménez

Todo importa y nada importa

Existe una herida
profunda
en el centro de
nuestra dignidad.

Ellos negaron
el sonido de nuestros pasos
no hubo resistencia.


Llenos de yacimientos
estamos
en el medio de nuestro
oriente.

Ellos ocuparon
nuestro territorio
con su sistema de inteligencia
abarcando nuestra
tristeza.

No tenemos agua para dar
de beber a nuestros peces
ya no hay agua
para la tierra
para el cántaro
para el naranjo ni
para el abuelo sordo.


Ellos están
en el medio
en el medio
de nuestro
oriente,
herida tapada
con sólo palabras.


Todo se fue
nos marchitamossin agua
ya nada importa
y nosotros
sólo miramos al cielocon la esperanza
de un viento
fresco.

© Alma Jiménez

Aunque ya no estás conmigo

¿en qué parte nos perdimos el uno al otro?
en qué momento caminé sin rumbo hacia la alegría
dime
cuándo fue la última vez que hablamos
sin contar nuestras tristezas
nuestros miedos
nuestros vacíos

cuándo fue el momento elegido para partir
para partirse el corazón
y sufrir esperanzas

ya no somos las almas oscuras
por qué
ya no somos los seres solitarios
por qué
qué nos pasó en la vida
que dejamos de llorar al mirarnos al espejo
¿es esto lo que llaman madurar?
o es otra cosa

quizá fue el desengaño de nosotros mismo
o quizá empezamos a aprender
a vivir
sin pedir
nada a cambio

aunque ya no estás conmigo

que vives esperanzado
aunque ya no estoy contigo
te recuerdo
y no hay dolor en mi piel
está profundo, lo siento
pero vive
debajo del vestido que ahora llevo puesto
debajo de esta primavera

© Alma Jiménez

martes, junio 29, 2004

Autobús

Sólo basta viajar en autobús
para adentrarse en nuestros comunes pensamientos.
Viajamos en el tiempo y el espacio
por la bordeada línea del placer
que provoca inventar situaciones.
Somos grandes novelista de "si hubieras"
con miradas perdidas.
Salimos de nuestro cuerpo
le damos alas a nuestra evocación,
aislados en un autobús muchos mundos
se separan.

No sé cuántas cosas están pasando en el instante
en que cierro mis ojos, no lo sé
y el imaginario tan sólo es una pequeña parte
de esta realidad
que manda cuerpos dormidos y ausentes
a viajar.
Si viajas en autobús
quizá
puedas soñar.

© Alma Jiménez

Mujer sol

Eres la mujer sol que lo da todo por sus hijos.
Trabajas con la tierra, la acaricias
con palabras y rompres su silencio,
lo olvidas entre los dedos.

Mujer sol, madre y hermana
del agua adivinas los secretos
del sonido del viento sueños ajenos
aprendes, de los hombres el placer
del cielo.

Son del pueblo tus palabras
los sabores, deleite de los golosos
y el oleaje de tus caderas
el mareo de tantos y tantos.

Mujer resplandeciente de sol
respirar de tiempo
inventas en tu mente
un futuro mejor para nosotros
trabajas,
como pocos
para alcanzar el cielo.

© Alma Jiménez

Se hizo de noche

Se hizo de noche
la sombra de mi pluma
espanta el silencio
en esta página.

Se hizo de noche
los perros de la calle ladran
están asustados
alguien les quitó su libertad
a cambio de algunos huesos.

se hizo de noche
el tiempo pasa y yo
sigo sin dormir.

© Alma Jiménez

Vivo para:

Sorprenderme a diario de mí misma y de las demás cosas y personas que me rodean.

Descubrir mi mirada en el espejo.

Soñar que soy otra. Inventar mi propia historia.

Pensar en el futuro pero no para vivir en el presente.

Llorar (aunque aquí esté prohibido), por los dolores y las alegrías.

Reír. De mis locuras de niña, gozar.

Envidiar la vida de los demás.

Escribir tonterías que salen de mis sentimientos.

Aprender de mis fracasos o vivirlos quinientas veces.

Aferrarme a la vida.

Morir algún día.

© Alma Jiménez

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú?
Verdaderamente
¿Quién eres tú?
Soledad ruidosa
rompiendo el sendero del atardecer.
El ruido del pie
el acelerador
el deseo de salir
escapar gritando.
Alma miedosa
lágrimas estancadas
en la voz.

©Alma Jiménez

Retrato

Soy el bufón de mi propio destino
trazo mi rutina cómica
en poemas viejos.

Soy camarero de mi apetito
escojo al azar
el presente de mi futuro.

Soy espíritu de mi propia vida
aprendiz de mi muerte.

Soy pájaro de mis deseos.

©Alma Jiménez

Miércoles de batalla

He despertado vacía
enredada en mis sábanas
pienso en el pasado
lloro
la diferencia radica en la mente
lloro
por las cosas que no fueron
por las que nunca serán
mis dedos tocan una melodía entre mis piernas
para acompañar la soledad
es que lo que yo quiero
me es lejano, todavía,
me niego a pensar que fui derrotada
antes de comenzar la batalla
pero ¿qué hay qué hacer?
así pasa día a día
las guerras ahora
se quedan
en puras amenazas.

©Alma Jiménez


Foto: Manuel Álvarez Bravo

Un verso

Un verso cualquiera aguarda
la voz que ha de nombrarlo,
desatarán la más clara
esencia guardada en él.
Perfumarán las palabras
los respiros solitarios,
confundirán tristemente
sonidos tirados al mar
con mi imagen desierta
(la imagen de una muerta).
Vivo sólo de palabras
me encuentro en algunos versos
me desnudo y me dejo ver
segura, nadie me logra
tocar. Aguardo también con
impaciencia.

Hoy, un verso
sus penas contando muere.


©Alma Jiménez

Introducción

Yo ya estoy harta de hablar de mi tristeza
cantos, ruidos de desesperanza
que golpetean en la lluvia.
Los charcos me hablan de mi soledad.
Esperando
las llantas de un automóvil
pronto el charco reventará.
Voy a hablar de la paloma
y de la lagartija sin cola.
Ya estoy cansada, harta
de mirar
solamente
hacia mí.

©Alma Jiménez

Revelación al sol

Han sido tantas las lluvias
que los escritores dibujan en sus versos.
Tantas las lunas que acompañan
a los solitarios en sus miedos.
Raros los caminos que me han traído
hoy hasta aquí:
tirada panza arriba
el sol me mira, mira.

Han sido muchos los sueños
que he dejado colgados al sol,
tendidos en la azotea,
esperando, sólo esperando.

Han sido y serán,
ay mira, qué nos dirán
de los instantes
y de la insignificancia
que nos acompaña.

©Alma Jiménez