sábado, enero 28, 2006

Sibila

Estás perdido
En la longitud del tiempo que me derriba,
Mi voz entrega la acción sombría
De una promesa tirada al mar.

Terco
No es cosecha de tesoros
La amargura de tu huída
Si mi cuerpo no te detiene
Mi canto no te ayudará.

Oigo el latido de la destrucción
Es hora, clava en mi pecho la agonía
Y levanta velas
decidido eres
para retar al mar.

Poetisa soy de tu muerte
No tengo más que decir
escurro mis palabras,
mis visiones crecientes.

Esta tarde murmuraré tu último
y mudo respiro.

Instrucciones para soportar la soledad en noches de Luna llena

Coge la pluma
Escribe frases en tu piel
Brazos, piernas, en las plantas de los pies
Alguna letra en la espalda si hay facilidad.
En tus senos, eres más libre: sentir, escribir
Escribir, escribir, escribe y escribe y no pares hasta que no quede
Un recoveco en el mapa de tu cuerpo.
Pronuncia en voz baja esas palabras como si fuera un amante
que las pronuncia dibujándolas con sus labios y su voz.
Iba a escribir un poema,
Dialogaría con el amor y la belleza.
Escuché, de pronto, a mi alrededor:
Nada cantaba, nada yo oía.

Iba a escalar una montaña, desde la cima vería
El vuelo de las nubes, el respirar del viento,
Los árboles,
Muy por debajo de mis pies,
Arraigados a sus hojas.

Pero decidí quedarme sentada en esta piedra
Con el sol y la azucena.

Iba a cortar la flor, recostarla en mi oreja,
Ondular mis cabellos y sudar seducción. Iba a llorar.
Cerré los ojos y supe, con más duda que certeza:
Jamás tus labios mi alegría atorada narrarán,
Jamás tu mano el tiempo que paso sentada.
Yo, transito,
Con el pecho pausado
Pensando en ti.

Cancer

Desearía morir en una gran aventura
considerarme extraviada
que nadie me reclame
las masas se ocupan demasiado por fabricar objetos
los vivos han dejado de ser sagrados
me parece vergonzoso tener más de tres hijos
este ruido mecánico terminará por enloquecerme
esta noche
siempre de noche
el ruido es inútil

de joven amé la belleza, rubores y sedas,
ahora no,
mañana, con intervalos quizá, estaré en un ataúd…

píntame la boquita y los ojos,

este es mi rostro, destruido, no puede ser visto tal y como es.

¿Aceptar la enfermedad?

Agujas, temores: mis hijas…

Mis hijas perdidas en mis numerosos errores.
¿Ser mujer?
Cuándo ser mujer fue un pecado, ¿cuándo?

Cada letra representa muchos esfuerzos, cada palabra, cada arrepentimiento.
La oración es ruido.

¿La alegría?
No.
Ya todo lo dijeron.
Despertó la mañana
Muerta, mis ojos llorando intentando calentar mi cuerpo
Tibias sus lágrimas.
El ruido de está noche
Por la noche
Todo es inútil.