He marcado tu vida
ésta que nunca para
camino vacilando
temo caer
muchas veces, temí caer
y cuando sucedió
me levanté
despegando las costras
de mí
de mis rodillas.
No corro
vuelo
sobre las palabras de los demás
las lanzadas para detenerme,
tropiezo con nubes
sueños perdidos
silencios incómodos
instantes
subo
a las estrellas
para pinchar
mis dedos con luces
intermitentes
para bañar
con sangre
mis dolores
para llenar
el vacío que me acompaña.
Y cuando aterrizo, fuera de mi cama
desde ahí me miras
con dulces ojos.
Me tocas la espalda y muero
instantánea
con calor
el de tus miedos.
Me tocas
el pecho me tocas
y el corazón hace un
flash
que ilumina mi vida
mi mundo
hoy
mi habitación
solos, hoy,
nos tocamos intensamente
las almas dulces
las dulces almas
heridas.