En la orilla de la cuadra
se abre el espacio y el tiempo,
es tu día, mira arriba:
la luz, el color y el viento.
Dentro de tus ojos caben
secretos del cielo y siento
que al respirar mis temores
viajan, navegan al cielo.
¿Es tu imagen amor mío
de bella naturaleza,
misterio de mi locura
figura de mi tristeza?
Eres Dafne transformada,
tu epidermis es el cielo:
déjame ser hoy tu Apolo
para tocarte el cabello.
Déjame ser la música
que acompañe tu armonía,
más detente nube mía,
que por perseguirte morir
debo, serás laurel Dafne,
cicatrizando mis ojos
para no ver tu partida.
Te extrañaré, yo no miento,
mis lágrimas testigos son
nuestro amor duró un momento
y desde hoy; todas las tardes
Vendré a esperar que el viento
del norte me dé esperanza
para un nuevo comienzo.
© Alma Jiménez
Imagen: Filippo Tommaso Marinetti
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