nos juega bromas y nos pone trampas.
Invocamos ausencias y olvidamos
que nuestra vida, es lo único real.
Lloramos lo que se ha ido, nos duele,
pensamos en todo lo que podría pasar
... si tan sólo estuvieras aquí...
Te recuerdo, te invoco y te siento.
Eres mi luna en el cielo,
eres la abuelita Luna
y mi hija te habla con más amor que yo.
¿Será posible que en su mundo de fantasía
tenga más sabiduría que yo?
Ayer entraste con nosotros, nos diste tu bendición
y, vestida de colores claros, nos besaste los ojos.
Todos te sentimos, y yo misma, ahora que te pienso
te siento... atorada en mi garganta.
Me hubiera gustado que estuvieses aquí siempre
y poderme acurrucar como antes, en tu pecho.
Y es hoy me siento tan débil, tan nada.
Siempre he sido una fortaleza... soy un chiste para los demás.
Yo también tengo miedo,
yo... también necesito llorar.
Yo también tengo dudas.
Así que baja un rato
y déjame dormir en tu seno.
Sólo un rato.
Después, prometo ser la intachable de siempre.
La que oculta sus tristezas
y sale todos los días a luchar.
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