sabroso suspirar en mi garganta
eres el océano de una mañana.
Tú eres mi rayito de sol,
pajarito, con tu canto de madrugada,
tu boquita de algodón
y ese acento que tienes
de España.
Tu me viste con otros ojos
me elogiaste la mirada
te pierdes en la negrura de mi pelo
y en el calor de mi espalda.
Agüita de cantarito
dulzor de mi esperanza
sígueme mirando con ojos nuevos
y enséñame a bailar esa nueva danza.
Cantarito mío, te guardo en mi corazón,
bésame flor de rocío
y acaríciame con frescura esta pasión.
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